Sin duda alguna este es el otoño que más bosques he recorrido, la mayoría nuevos, sorprendentes y desconocidos, otros familiares como la palma de la mano, y alguno redescubierto tras mucho tiempo.
Los findes pasados con la grupeta en bici (ya les he dejado por ahí abajo algún video) y hoy a patita por uno de esos sitios recónditos, a caballo entre la montaña y la meseta, que tanto me gustan: los pueblos abandonados de Moroso y Candenosa.
Ciertamente no puedo decir que haya desbancado a Montabliz como mi bosque favorito, pero algunos de los rincones que hemos recorrido hoy me han dejado enamorado...
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